Capítulo 1, el legado
Mundo Mugler
MUGLER, DE UN NIÑO SOÑADOR…
La imaginación de Monsieur Mugler bullía de ideas.
Las estrellas, aquellas que admiraba en el firmamento de Alsacia, o las de Hollywood que descubría a través de la gran pantalla, los comics y sus universos futuristas y la catedral gótica de Estrasburgo son solo algunas de sus ricas y fascinantes fuentes de inspiración.
A un creador visionario
Moda, moda, moda.
París. Thierry Mugler emprendió la misión de conquistar la capital con garbo y talento. Seleccionaba cuidadosamente conjuntos increíblemente originales para sus apariciones públicas, por lo que era imposible no fijarse en él.
En ese momento empezó a diseñar sus primeras siluetas. Primero, para otras personas, y luego para él: en 1974 presentó Café de Paris, su primera colección. Las piezas tomaron por sorpresa a toda una era: a pesar de que el estilo hippie era tendencia, Monsieur Mugler diseñó trajes impecables con cinturas ceñidas y maxihombreras para realzar la silueta femenina, inspirados en sus tan apreciadas musas de Hollywood. El éxito fue inmediato.
“Me imagino a mis personajes y los pongo en escena. Para mí, la moda es un lenguaje”.
La fragancia, más allá de la moda
Monsieur Mugler deseaba ir más lejos y añadir variedad a su universo sin límites. Soñaba con una fragancia única, nunca antes vista ni olida.
¿De qué color? Su favorito: azul, el color del cielo y del infinito. Angel es la primera fragancia gourmand oriental en la historia de la perfumería: un acorde revolucionario y potente de pachuli y vainilla con una estela polarizada. Como su creador, siempre causa sensación.
Así nacieron las fragancias MUGLER. Sus estelas y aromas adictivos combinan el universo extraordinario y futurista de la marca con una poderosa abundancia: Mugler Cologne, Womanity, Alien y Aura Mugler.
“Un perfume es capaz de vestirnos emocionalmente”.