A través del equilibrio entre una sastrería escultural y el encanto ultrafemenino de los fruncidos y las transparencias, Cadwallader le da al legado MUGLER un toque urbano y sencillo. Una paleta de tonos atardecer y rosa claros y empolvados contrasta con los vibrantes azules, negros, rojos y blancos de MUGLER.






Las texturas destacan gracias a un irresistible juego de capas: la combinación de prendas de punto aerografiadas, leggings de organza empalmada y blazers de nailon contrasta con el encanto utilitario de las chaquetas con botones automáticos y los vaqueros de karate con cinturón. Las cremalleras y los cordones permiten que las siluetas varíen de elegantes a extremas, como en los pantalones fruncidos con cremallera, teñidos en prenda para conseguir un color y un brillo más intensos.
El denim con silueta en espiral se ha reinterpretado en nuevas formas y colores, al igual que el blazer extragrande, y se ha incorporado corsetería que ciñe una cintura esculpida. Un vestido columna y una chaqueta de esmoquin confeccionados con más de 800 metros de cinta tejida cobran vida en una explosión de flecos hechos a mano.