Casey Cadwallader traza la gama completa de piezas moldeadoras y sencillas y propone una representación consciente de la identidad Mugler: una identidad dotada de claridad de elección y libertad de autoexpresión.
Al combinar leitmotivs constructivos de archivo con nuevas formas de elaboración de moda, la colección representa una calidad liberada y escultural. La base histórica del corsé se reconstruye como una segunda piel, ahora flexible y maleable, que revela la destreza técnica del atelier Mugler. Incrustada en piezas de sastrería, la silueta del reloj de arena se plasma en las piezas de lencería con una textura translúcida reflejada en el diseño de la calcetería y los guantes.
Los volúmenes controlados, desde piezas abullonadas con cordones y blazers vaporosos hasta vestidos columna con corte y faldas con volantes, contrarrestan esta delicada armadura. Los pantalones levantan y moldean con paneles de crepé, lana entallada y denim con silueta en espiral y cremallera. En un juego más suave de drapeado asimétrico, los estampados sombreados en piezas de punto fruncido y satén resuelven la teoría de bloques de color de la colección, que mezcla tonos cálidos y fríos, del amarillo ácido al aciano, pasando por el borgoña, el violeta y el azul. Los elegantes acentos cromáticos definen el calzado y la joyería, y las sandalias con tiras de punta afilada reflejan el sex appeal intelectual de la temporada.
